EDITORIAL
El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, proyectado como el principal centro de conexión aérea del Perú y la región, enfrenta una crisis estructural. A escasos días de su inauguración oficial, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) confirmó una nueva postergación sin fecha definida, dejando al país sin una obra estratégica plenamente operativa.
Según OSITRAN, el proyecto registra un avance del 99.5% en infraestructura y equipamiento, pero ese 0.5% restante corresponde a sistemas críticos no integrados ni probados: control de incendios, manejo de combustible, megafonía y visualización de vuelos. Esta situación impide su puesta en operación segura y eficiente.
📉 El problema no es el retraso, es la falta de dirección
La crisis del nuevo Jorge Chávez no radica solo en el incumplimiento de fechas, sino en la ausencia de una gestión pública proactiva y orientada al valor. El MTC ha deslindado responsabilidades, señalando que no debe intervenir con los proveedores del concesionario Lima Airport Partners (LAP), desconociendo su rol como ente concedente y garante de los intereses del Estado.
Esta afirmación evidencia una falta de liderazgo en la gestión de riesgos y del contrato de Asociación Público Privada (APP). El resultado: una obra que no entrega valor, que genera incertidumbre operativa a las aerolíneas y que afecta la reputación internacional del país como destino confiable para la inversión y el turismo.
💰 Tarifas sin servicio: un riesgo de impacto financiero y social
A esta situación se suma la decisión de permitir el cobro de la Tarifa Unificada de Aeropuerto (TUA) a pasajeros en tránsito, pese a que el terminal no se encuentra operativo. Asimismo, se plantea la posibilidad de subvencionar servicios para “hacer competitivo” un aeropuerto que aún no entrega prestaciones mínimas.
Esta medida representa un riesgo financiero para el Estado y desvirtúa el propósito de la APP, al trasladar los costos de la ineficiencia al usuario final y al erario público.
🛑 Una supervisión que no mide ni controla
El informe de OSITRAN, encargado de la supervisión del proyecto, carece de indicadores cuantificables de desempeño, cumplimiento y riesgo, lo que impide conocer con precisión el estado real de la obra. Supervisar no es narrar avances, es medir, alertar y corregir desviaciones.
La ausencia de indicadores técnicos en un proyecto de esta magnitud compromete la toma de decisiones, debilita la gobernanza y afecta la calidad del servicio público esperado.
✅ Recomendaciones: Transparencia y control efectivo
Es urgente que el Estado establezca un comité técnico independiente, con capacidad de auditoría real, que publique semanalmente el avance de las pruebas, integraciones y entregables críticos. La falta de control no puede continuar, ni puede seguir operando un sistema que posterga fechas sin justificación técnica.
La ciudadanía, los usuarios y los inversionistas requieren certezas, no discursos. Requieren resultados.
📌 Conclusión: Infraestructura sin valor es una deuda con el país
Un aeropuerto no se mide por su tamaño ni por el costo invertido, sino por su capacidad de operar con seguridad, eficacia y entrega de valor sostenible.
A la fecha, el nuevo Aeropuerto Jorge Chávez 2025 no ha entregado nada. Ni operación, ni valor, ni confianza.
✍️ ABACO Consultores
Análisis independiente, con enfoque en resultados, valor público y supervisión efectiva.
🚨 Nuevo Aeropuerto Jorge Chávez 2025: Infraestructura sin Valor, Gestión sin Dirección